Un seguro de vida no sólo protege al núcleo familiar, sino que también ampara al tomador.
El capital puede servir para cubrir los gastos necesarios para hacer frente a cualquiera de las circunstancias que se contemplen en la póliza y que hayamos sufrido.
Aunque por parte del Estado en algunos casos, como por ejemplo dependencia e invalidez, se recibe una cuantía determinada, en la mayoría de los casos no es suficiente para cubrir las consecuencias de la situación.